Espontaneidad e instrucción en el aprendizaje de la lengua hablada y escrita


Un aspecto que siempre inquieta y preocupa a los docentes que tienen que ver con la enseñanza de la lectura y la escritura, con lo que es la alfabetización, ya de menores o de adultos, es lo concerniente a la metodología. Y esa preocupación, valgan verdades, es un buen síntoma.
Actualmente los  contamos con los valiosísimos aportes de las diversas ciencias, especialidades y concepciones científicas que de una u otra manera tiene que ver con la lectura y la escritura, con su enseñanza-aprendizaje.
Hoy está perfectamente establecido que mientras que el aprendizaje oral de una lengua materna es espontáneo, en cambio el aprender a leer y escribir es instruccional e institucional. Podemos decir que todo niño (con contadísimas excepciones) aprende a leer y escribir en la escuela. Berta Braslavsky, en su discurso pronunciado el 12 de abril de 2004, con motivo de su incorporación a la Academia Nacional de Educación (Argentina), dice al respecto: "el aprendizaje de la lengua escrita no es natural ni espontáneo. Que, en gran medida, depende del maestro como profesional experto y de la escuela como un ámbito compartido en relación con su  social y cultural". Por su parte, Morais y Robillart, citados por Gregoria Carmena en el valiosoinforme "La  inicial de la lectura y la escritura en la Unión Europea", publicado por la Secretaría General de Educación y Formación profesional del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España, dicen sobre el mismo punto:
"El aprendizaje de la lengua escrita no es un proceso espontáneo, como el del lenguaje hablado, sino que se adquiere a través de una instrucción orientada. Dos mecanismos parecen intervenir de manera determinante: la habilidad en el reconocimiento de las palabras escritas –resultado de complejas operaciones mentales- y las capacidades cognitivas y lingüísticas derivadas del lenguaje oral".
El aprendizaje de la lengua materna, en las sociedades letradas, implica dos cosas:
a) Aprender a comunicarse con los miembros de la comunidad utilizando el lenguaje hablado.
b) Aprender a comunicarse con los demás mediante el lenguaje escrito.
Una parte de la humanidad ha transitado de lo oral a lo escrito a lo largo de un periodo bastante extenso de nuestra historia. El aprendizaje del lenguaje hablado, en las sociedades letradas, precede y sirve de basamento al aprendizaje del lenguaje escrito. Es innegable, sin embargo, como lo precisa Ong, que el lenguaje es abrumadoramente oral, tanto es así que en la  "cientos de lenguas en uso activo no se escriben nunca… La condición oral básica del lenguaje es permanente". (Ong, 1999, p. 17).
En las sociedades letradas existe, hasta el día de hoy y fundamentalmente en los países pobres, un alto porcentaje de personas que  pueden hacer uso del  hablado. Ellas forman parte de ese problema de gravísimas consecuencias como es el analfabetismo, entendido aquí en su sentido más tradicional. Existe analfabetismo porque al ser la escritura una tecnología el aprendizaje de la lectoescritura adquiere la característica de artificialidad, aunque, como lo señala Ong, paradójicamente en el ser humano lo artificial es realmente natural a su esencia. Es esta la razón por la cual este aprendizaje ha devenido en instruccional e institucional. Al no tener acceso todas las personas a la educación formal institucional, básicamente por factor económico, quedan al margen de este aprendizaje, con todas las gravísimas consecuencias que ello implica.
El aprendizaje de la lengua materna en su fase oral, e incluso en sus primeros atisbos de la fase escrita, se realiza en el entorno hogareño y familiar extenso. Allí ese proceso de enseñanza-aprendizaje se caracteriza por ser espontáneo, aunque no totalmente carente de método. Lo que ocurre es que los padres, casi sin darse cuenta, aplican los métodos con los cuales ellos aprendieron a leer y a escribir, así como las primeras nociones de aritmética. Si ello ocurrió hace muchos años puede producirse un desfase no muy recomendable, aunque muy difícil de evitar, porque, como veremos más adelante, el entorno familiar juega un papel sumamente importante y, por ello mismo, los docentes debemos tenerlo siempre presente.
Decir que el aprendizaje de una lengua materna en su primera fase es fundamentalmente espontáneo, no significa concluir que sea algo simple. Tenemos que ser consciente que ese aprendizaje es un proceso sumamente complejo y relativamente largo. ¿Cuánto tiempo transcurre entre los primeros balbuceos de un bebé y un hablar que puede ser considerado relativamente fluido, aunque con un léxico bastante reducido? Se aprende una lengua materna, y también por supuesto una segunda lengua, mediante ensayos y errores. Y, lo que es importante destacar, con la participación del quehacer instruccional y educativo del medio hogareño y familiar. Estos aprendizajes son consecuencia del proceso de socialización.
El aprendizaje de la lectura y escritura, en cuanto segunda fase del aprendizaje de una lengua materna, es un complejísimo y arduo proceso que va adquiriendo el niño en un contexto típico de socialización, aunque, como bien se ha señalado, deja de ser un aprendizaje espontáneo, como consecuencia de darse, por lo general, en instituciones educativas las cuales cuentan con personal profesional que ha estudiado para llevar a cabo la enseñanza sistemática de dicho proceso. Es por ello que es una enseñanza institucionalizada y sistemática, que se lleva a cabo considerando losprincipios científicos, teóricos y prácticos, que constituyen el fruto de las investigaciones realizadas por especialistas en la materia de los más diversos países. Actualmente comprendemos mejor lo que viene a ser la apropiación de la lengua escrita por parte de los niños.

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